miércoles, 22 de agosto de 2007

¿Por qué el gol de Maradona es y será recordado como el mejor de la historia?



Si al ver y escuchar este video no se te ponen los pelos de punta, solo puede ser por dos motivos. O bien no te gusta el fútbol, o bien eres inglés.
A lo largo de la historia hemos podido disfrutar de numerosos goles extraordinarios, sobre todo aquí en España a donde vienen a jugar los mejores jugadores del mundo. Son inolvidable goles como los de Ronaldo al Compostela, o el de Messi al Getafe. En los mundiales, se han visto también grandes goles. Recuerdo uno de un jugador árabe (Owairan) a Bélgica, que por su belleza plástica se podía asemejar al del astro argentino.
La diferencia entre estos goles, y el de Maradona, reside en el momento en el que se produjo y en las especiales circunstancias políticas que vivían los dos países que se enfrentaban aquél día.
Pongámonos en situación. Año 1986 y Argentina que todavía no se había recuperado de una cruel dictadura, acababa de perder la guerra de las Malvinas contra Gran Bretaña. Margaret Thatcher no había tenido piedad con los argentinos y había enviado a sus mejores tropas humillando a un inferior ejército argentino. Posiblemente se tratase de uno de los momentos más bajos de los argentinos en su autoestima como nación.
Llega el mundial y la diosa fortuna y el buen hacer de las dos selecciones hasta ese momento, hacen que se encuentren Argentina e Inglaterra en los cuartos de final. Aquí no hay tanques. No hay portaaviones ni soldados. Aquí tampoco hay ventaja de ninguno de los dos. Once contra once en el campo y un país detrás de cada equipo.
La Inglaterra de Glenn Hoddle, de Peter Shilton y de Gary Lineker que llegaba como maximo goleador con 5 goles empatado con Butrageño. La Argentina de Ruggeri, de Pumpido, de Burruchaga y sobre todo de Maradona. Maradona era considerado como el mejor jugador del momento y actualmente es considerado por muchos (entre los que me incluyo) el mejor de la historia. En ese momento estaba ante la oportunidad de demostrar a su país y al mundo esa condición.
El partido empezó como se esperaba. Cuartos de final. Mucha tensión y poco fútbol. Sólo una falta directa lanzada por Maradona y que dio en el palo provocó nervios en la grada.
Llega el segundo tiempo y en el minuto 51 la jugada más polémica de la historia de los mundiales (junto con el gol fantasma de Inglaterra a Alemania en la final de 1966), la mano de Dios.
Una penetración del ex volante de Boca Juniors, Barcelona FC y Nápoli, entre otros, por el centro de la defensa inglesa culminó con un intento de pared con Jorge Valdano. La devolución de la pelota por parte de este último fue a parar a los pies de Steve Hodge, cuyo despeje fallido hizo que el balón saliera despedido hacia arriba. Sin darse por vencido ni en las causas más perdidas, Maradona continuó su carrera para saltar y propinó un puñetazo al balón con la mano izquierda para desviarlo por encima de Shilton, que había salido a buscar el esférico (1-0). Los jugadores ingleses protestaron en vano ante el colegiado tunecino Ali Bennaceur, que concedió el gol convencido de que Maradona había tocado el balón con la cabeza. ¡Increíble!
Maradona sabía que todo el mundo había visto por la tele que el gol no había sido legal. No era la forma de derrotar al enemigo inglés. No habían pasado 5 minutos cuando el Pelusa recuperó el balón en su propio campo, se desembarazó de Beardsley y de Peter Reid, y se adentró en territorio inglés. Los 115,000 espectadores del estadio Azteca se quedaron pasmados mientras Maradona avanzaba hacia la meta regateando primero a Butcher, luego a Fenwick, y por último a Shilton para obrar el 2-0. Fue la obra maestra de un genio del fútbol. Se le llamó “El gol del siglo”.
El golazo de Maradona fue acompañado por el vibrante relato del uruguayo Victor Hugo Morales que, a través de Radio Argentina, fue capaz de entregar toda la magia que Maradona regalaba en la cancha.
El relato es tan genial como el gol: “…la va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del futbol mundial, y deja el tercero y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... y Goooooool... Gooooool... ¡Espectacular! ¡Viva el fútbol! ¡Golazo! ¡Diegol! ¡Maradona! Estoy emocionado, perdónenme ustedes... Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... barrilete cósmico... ¿de qué planeta veniste? Para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país con el puño apretado, gritando por Argentina... Argentina 2 - Inglaterra 0... Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona... Gracias Dios por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este Argentina 2 - Inglaterra 0…”.
El partido quedó muerto. El postrero gol de Lineker solo sirvió para que terminase siendo el máximo goleador del mundial de México, pero la historia ya estaba escrita. Se le llamó el gol del siglo y se dice que es el mejor de la historia de los mundiales. Quizá vaya todo más allá. Sobre todo porque Argentina terminó ganando aquel mundial y, al menos por unos días hizo olvidar a los argentinos su situación y les dio un motivo para sentirse orgullosos de serlo. Muy orgullosos. Más de lo que cualquier gol ha hecho sentirse a cualquier país jamás y por ello es en mi opinión el mejor gol de la historia.

El nuevo 23

Anota 48 puntos, los últimos 25 de su equipo, hace que su equipo gane en la inexpugnable pista de los Pistons de Detroit después de dos prorrogas en un quinto partido de las series finales de la conferencia este con empate a dos... y lleva el número 23. A todos se nos viene un nombre a la cabeza, pero cuando añadimos que estamos en el año 2007 Michael Jordan ya no nos cuadra, y es que hay un nuevo 23 que aunque no nos hace olvidar al de hace 10 años, si nos hace recordarle. Su nombre es Lebron James, y el pasado jueves realizó una de esas hazañas que se recuerdan con el tiempo. James estuvo al nivel de los más grandes de la historia, sobre todo porque lo hizo en unas circunstancias de presión y de responsabilidad extremas, porque si no lo hacía él, no lo iba a hacer nadie.


Para entender un poco mejor la importancia de esta gesta, debemos estudiar en que contexto se encuentra. Lebron James juega en los Cleveland Cavaliers. Este equipo era el peor equipo de la NBA en el año 2003. La lotería del Draft les dio la oportunidad de elegir en primer lugar a que jugador querían en uno de las mejores generaciones de jugadores de los últimos 20 años. Ese año llegaron a la liga jugadores tan imprescindibles, como Carmelo Anthony, Dwyane Wade o Chris Bosh, todos ellos All Stars. El comienzo para Lebron, fue más complicado que para sus compañeros de promoción. Tanto Anthony como Wade entraron en Playoffs en su primer año mientras que James debía “conformarse” con ser el rookie del año sin regalar un solo trofeo mensual. Mucho se criticó a James cuando se les escaparon a los Cavs los playoffs en la última jornada de la liga regular, gracias a un final trepidante de los Nets que les ganaron la octava plaza por la mano. Se dijo entonces que Lebron era un producto de marketing, pero en un mundo tan influenciado por las estadísticas como la NBA, nuestro nuevo 23 respondió con un triple doble en ese último partido definitivo.


La temporada 2004-05 fue la tercera de Lebron James en la NBA. La temporada comenzó con una mala noticia. Carlos Boozer, el único apoyo de James en los Cavs, era traspasado a Utah y en su lugar no llegó nadie de su nivel. Los dirigentes de Cleveland pensaron que un sophmore de Memphis como Drew Gooden podía hacer ese papel, pero el tiempo ha demostrado que no ha sido así. Ante esta situación, Lebron multiplicó sus labores en el equipo, y demostró que prácticamente sólo era capaz de llevar a los Cavs a los Playoffs. Después de una temporada de fábula (MVP del All Stars incluido) pudo por fin cumplir con el cometido que mucha gente, pero sobre todo él mismo se había impuesto. No sólo eso, sino que además entraron en cuarto lugar por lo que tenía el factor cancha a favor. Sus rivales en esa primera ronda, los complicados Wizards de Gilbert Arenas. Llegaba la hora de ver de que pasta estaba hecho este chico y de lo que era capaz en los partidos de post temporada. Lebron dejó que sus números hablasen por él. Logró 32 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, y lo más importante para James, 1-0 para Cleveland. Parece claro que no se equivocaban en Sports Illustrated cuando estando aún en el instituto le llamaban ya el elegido. Los Cavs terminaron logrando la clasificación (4-2) y se encontraron con los que eran los campeones del Este los dos años anteriores y los campeones de la NBA en 2004, Detroit Pistons.

Los Cavs, consiguieron forzar a los Pistons hasta el séptimo partido, y aunque cayeron eliminados, la capacidad de Lebron y sus Cavs estaba ya fuera de toda duda.

Y llegamos a ésta temporada 2006-2007 donde nos encontramos. Todo el año hemos estado escuchando que el MVP de la temporada podía ir a Dirk Nowizki, Steve Nash ó a Kobe Bryant. Efectivamente, estos han sido los jugadores más destacados de la temporada regular, pero eso es algo que a Lebron ya no le importaba demasiado. Los Cavaliers despacio y sin demasiado ruido se iban colocando entre los primeros puestos de la conferencia Este. Tras un apretado final, consiguen quedar en segunda posición tras los omnipresentes Pistons, pero superando a temibles rivales como los Bulls o los actuales campeones, los Heat. Después de superar con relativa facilidad de los Wizards y los Nets, llegaron a la final de la conferencia Este frente, como no, a los Pistons.

Diecisiete años han pasado desde que Michael Jordan llevó a sus Bulls a las finales del Este ante, ¡También los Pistons!. Pero aquellos Bulls estaban llenos de grandes jugadores. Si juntamos a Jordan con Lebron, ¿quién es comparable a Pippen en los Cavs? Nadie en absoluto. ¿Y con Horace Grant? Drew Gooden no, desde luego. Carlos Boozer si lo haría hecho. Sólo salen ganando en la comparación entre los pivots con Ilgauskas y quizá Larry Hughes esté al nivel de su par John Paxon.

Y la eliminatoria llega por fin al partido que nos ocupa. Quinto partido, en Detroit y eliminatoria empatada. Curiosamente Lebron llega cuestionado. No porque no esté a buen nivel, sino porque no está al nivel de “El Elegido” como siempre se le ha pedido desde que tenía 17 años. A falta de 6 minutos James llevaba 23 puntos y el partido estaba igualado. El brasileño Varejao anotó una bandeja y a partir de entonces, todas las miradas en ataque se dirigieron siempre hacia el 23. James contestó de la manera que se esperaba de él. Anotó los últimos 25 puntos de su equipo con acciones de todo tipo: bandejas, tripes, tiros libres, etc. El partido terminó empatado, y la prorroga también finalizó empatado a 100 puntos. En la segunda prorroga, Detroit llegó a ponerse 107 a 104 a falta de poco más de un minuto. James contestó con un triple estratosférico y una bandeja mal defendida por Detroit, como Jordan ante Utah en el 98, como Magic ante Boston en el 87, en definitiva, como los más grandes.

Y así se escribe la historia, en el sexto partido en Cleveland, James se quedó en 20 puntos, pero salió un reserva novato (Gibson) que anotó 31 puntos, pero los 14 rebotes y las 8 asistencias de James no fueron superadas por nadie y sobre todo Cleveland ganó 98-82 y se proclama campeón de la conferencia Este y entra por primera vez en su historia en la final de la NBA.

No sabemos que va a pasar en las series finales, San Antonio es favorito, pero lo que si sabemos es que Lebron James estará a la altura de lo que se espera de él, a la altura de “El Elegido”.