lunes, 23 de febrero de 2009

Los 7 pecados capitales de la NBA actual (III)
La Pereza (Andrea Bargnani)

Andrea Bargnani es un jugador de baloncesto que tiene todas las condiciones para ser un superclase. Mide 2,13 y es ágil y con un gran tiro. Tiene una clase innata y gran visión de juego, además de una gran rapidez para su altura que unida a su perfecto tiro exterior le hace ser un jugador prácticamente indefendible. Pero Andrea no ha llegado a ser ni mucho menos lo que se esperaba de él, porque no le gusta jugar por dentro de la zona, donde se tiene que pelear por un pequeño hueco con gente tan alta como él y mucho más fuerte. Eso no le apetece en absoluto porque el pecado de Andrea Bargnani es: La Pereza.

Tras Vincenzo Esposito (que también jugó en los Toronto Raptors) y Stefano Rusconi (Phoenix Suns), Andrea Bargnani es el tercer italiano que llega a la NBA, solo que Andrea venía con unas expectativas mucho más grandes. Por las condiciones que he comentado antes, el mánager general de los Raptors, Bryan Colangelo confió en él y lo eligió como primera elección del Draft de 2006 procedente de la Benetton de Treviso. Vio en él al nuevo Dirk Nowitzki.

Pero Andrea a diferencia del alemán no solo no juega por dentro como correspondería a un jugador de 2,13, sino que además está empeorando el porcentaje de tiro con lo que en su carrera tiene uno pobres 11,7 puntos por partido y unos paupérrimos 4,2 rebotes por partido. Para un jugador de su altura que juega 26,2 minutos por partido es una autentica vergüenza.

Este año parece que está mejorando levemente con respecto a los dos primeros años, pero los 14 ppp y 5,5 rpp en 30,7 mpp jugando de titular parecen realmente insuficientes pero puede significar un comienzo, aunque lo que realmente sería algo nuevo, sería que se convenciese de que debe pelearse dentro de la zona y trabajar duro para demostrar su valía y es que Andrea. Contra la pereza, diligencia.

jueves, 19 de febrero de 2009

Kareem Abdul Jabbar
(Un jugador con gancho)

Si en la historia del baloncesto en general y la NBA en particular hay un lanzamiento característico y representativo de un jugador ese es el Sky Hook de Kareem Abdul Jabbar. Hasta tal punto es así que no se puede concebir a Jabbar sin el Sky Hook y el Sky Hook no lo puede hacer otro sino Jabbar.

Ferdinand Luwis Alcindor Jr. nació en el barrio newyorkino de Harlem en 1946. Ya al nacer pesó 6 kg. Y midió 57 cm. lo que hacía previsible que fuese alto. Lo que seguro que no imaginaron sus padres al nacer, es que ese recién nacido llegaría a ser jugador de la NBA y que al retirarse sería el que más partidos había jugado en la historia. Además no fue un jugador de los que se arrastra por la cancha precisamente. Podríamos dar unas cuantas cifras que dan una idea de lo que significó este hombre para el mundo del baloncesto profesional: más puntos en la historia de la NBA - 38.387, más minutos jugados (57.446), Más tiros de campo convertidos (15.837) o Más selecciones del All-Star (19 de los que jugó 18 también record). Sin comentarios.

Desde muy pequeño, el joven Lew (Se cambiaría el nombre ya en el año 1971 cuando se convirtió al Islam) destacaba en el baloncesto. En su instituto consiguió 3 campeonatos consecutivos siendo el mejor jugador de largo. De ese modo, UCLA le dio una beca para ir a estudiar allí y de paso jugar con los Bruins. Allí se encontraría con una de las personas más influyentes sobre él y sobre su juego, el entrenador John Wooden. En el primer año en el que jugó, Lew Alcindor no sólo fue nombrado mejor jugador del torneo y consiguieron el título, sino que hizo que cambiaran las normas y prohibiesen realizar mates, norma que se retiró años después. Alcindor perdió en parte la ventaja que le daba la altura y su velocidad, como no podía machacar otros pívots más lentos podían llegar y taponar o al menos molestar el tiro. John Wooden lo vio claro. Alcindor necesitaba un tipo de lanzamiento que le permitiese evitar los tapones y tener una gran efectividad. Con la altura y envergadura que tenia Lew, comenzó a practicar un gancho que era prácticamente imposible de taponar. Había nacido el gancho de cielo, el Sky Hook.

Lew Alcindor era el premio gordo que todos los equipos esperaban en el Draft del 69. Phoenix y Milwaukee optaban a él. La monedita favoreció a los Bucks. Como era de esperar, la llegada de Alcindor a la liga fue deslumbrante. Fue Rookie del año y su equipo pasó de último del Este a segundo. Junto a Oscar Robertson y a otros buenos jugadores como Bobby Dandridge formaron un equipo muy competitivo, tanto que en la segunda temporada de Alcindor los Bucks ganaron su único título de la historia. Dos años después, ya con el nombre de Kareem Abdul Jabbar, volvieron a la final, pero perdieron con los Celtics. Jabbar era claramente el jugador más dominante de la liga.

En 1975 Jabbar decidió que debía cambiar de aires. Milwaukee era una ciudad demasiado pequeña para encontrar a gente que compartiera sus creencias culturales y religiosas. New York o Los Angeles eran sus opciones. Los Lakers fueron su destino.

La primera época de Jabbar con los Lakers se caracterizó por dos rasgos fundamentales: Grandes números de Jabbar y mediocres resultados colectivos. Aunque la llegada del astro de Harlem se hizo notar, no fue suficiente para hacer de los amarillos un equipo aspirante al título. Kareem llegó para hacer olvidar al que posiblemente haya sido el jugador más dominante de la historia de la NBA, Wilt Chamberlain. En 1976 y 1977 Jabbar volvió a ser nombrado MVP de la temporada, pero el equipo no pasaba de primera ronda de Playoffs.

Y de pronto, la magia. En el draft de 1979 Earving “Magic” Johnson fue elegido con el nº 1 por Los Angeles Lakers. Con “Magic” llegó el deseado cambio. Jabbar volvió a lograr el MVP consiguiendo así su sexto trofeo y demostrando que fue el gran dominador de la década. Los Lakers llegaron a la final contra los Sixers del Dr. J y ganaron 4-2 con Magic como MVP de las finales. Seguro que a Jabbar no le importó en absoluto no tener ese trofeo a cambio del tan ansiado anillo.

La década de los 80 fue muy distinta. Los Lakers jugaron ocho finales en 10 años de las que ganaron cinco. Jabbar ya no estaba a un nivel tan excelso como en los 70 pero era fundamental en los esquemas de los Lakers, sobre todo para el ataque en estático. Se trataba de un equipo que cuando llevaba el ritmo del partido y podía correr era imbatible, pero si el equipo contrario era capaz de cortarle el ritmo y hacerle jugar en estático, era cuando Magic buscaba a Jabbar y a su Sky Hook.

Su momento más glorioso de la década de los 80, fue en la final del 85 frente a Boston. Los Celtics habían ganado el título en 1984 frente a Los Angeles dando un mazazo moral importante sobre todo a Magic que cometió importantes errores en la final. El primer partido de las series finales terminó con victoria de Boston por 148-114 en lo que se conocería como la Masacre del “Memorial Day". Jabbar se quedó en 12 puntos y las duras críticas no tardaron en llegar. Con 38 años se pedía su retirada.

Durante los dos días siguientes Abdul-Jabbar pasó horas mirando el video del partido y tomando parte en sesiones de entrenamiento maratonianas que incluían una hora de series de sprint. Los reiterados intentos del entrenador Pat Riley para persuadir a Abdul-Jabbar de que tomase un descanso fueron en vano.

En el segundo partido el griterío era ensordecedor. El Boston Garden gritaba “Beat L.A., Beat L.A.” pero Abdul-Jabbar consiguió 30 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones en la victoria por 109-102 de los Lakers. Los Angeles ganaron aquella serie en seis partidos. En las cuatro victorias de los Lakers Abdul-Jabbar promedió 30,2 puntos, 11,3 rebotes, 6,5 asistencias y 2 tapones. En una memorable secuencia Abdul-Jabbar capturó un rebote, botó el balón a lo largo de todo el campo y anotó un “sky-hook”. Inclusó se lanzó en plancha a por un balón perdido. "Lo que viste", dijo Riley a Sports Illustrated, "era pasión". Abdul-Jabbar fue nombrado MVP de las finales.

Aquel año los Lakers acabaron con una racha de ocho finales disputadas y perdidas contra Boston acabando por fin con todos los fantasmas.

Antes de su retirada el 1989, Jabbar y sus Lakers ganaron dos anillos más 87 y 88 logrando ganar dos años consecutivos, hito que no se lograba desde que los Celtics de Bill Russell y Red Auerbach lo lograran en el 68 y el 69. Otro logro más a sumar a los ya conseguidos.

Jabbar además fue la primera gran estrella mediática de la NBA ya que su fama fue más allá de las pistas. Apareció como actor en varias películas: “Aterriza como puedas” y “Juego con la muerte” con Bruce Lee fueron las más conocidas aquí en España. Además de ser un jugador que dominó las canchas de baloncesto durante casi 20 años, fue un reclamo publicitario lo que demostró que verdaderamente Kareem Abdul Jabbar fue un jugador con gancho.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Juan Carlos Navarro (Consciente o Cobarde)

Juan Carlos “La Bomba” Navarro ha vuelto este año a España. Después de un año jugando en la mejor liga del mundo en los Memphis Grizzlies ha regresado al Barça.

Para mi es una autentica decepción. No sé si ha tenido problemas personales o si los han tenido su mujer o sus hijas, pero si las razones son deportivas, no lo entiendo. Aquí en España, ya lo ha ganado todo: liga española, copa del rey e incluso Euroliga, además ha vuelto a su club de toda la vida, por lo que ni tan siquiera tiene el reto de la aclimatación. En la NBA tenía un horizonte lleno de retos, mucho más excitante que el de aquí.

La explicación del sueldo no me vale. Navarro había hecho una buena temporada con 10,9 ppp, 2,6 rpp y 2,2 app en 82 partidos, demostrado su valía más que de sobra y este año era agente libre, por lo que podía haber negociado un buen sueldo. Claro que en principio no sería tal alto como aquí, pero si se hubiese hecho importante en un equipo de aquí a dos años podía haber firmado un contrato tan bueno como el del Barça o más.

Si, una decepción. Porque en su año de novato, participó en el partido del desafío de Rookies del viernes All Star. Porque se quedó a dos canastas del record de triples de un novato. Porque en un equipo como Memphis, Navarro podía haber tenido muchísimo protagonismo, de hecho pienso que no habrían traspasado a Kevin Love por OJ Mayo y sería titular. A lo mejor soy demasiado fantasioso, pero siento que me han robado la ilusión de ver a otro español, si no triunfar, si establecerse como un jugador importante en una franquicia de la NBA. Y si yo tenía ese sueño, ¿cómo puede ser que no lo tenga él?

Habrá quien diga que el puede hacer lo que quiera. Desde Luego. Y quien soy yo para decir esto de él. Pues un aficionado que se pone la alarma a las 3:00 de la mañana para escuchar a los aburridísimos Carnicero y Loncar (¡Ay que tiempos de Montes y Daimiel!) sólo por verle a él. Creo que estoy en mi derecho.

Navarro ha vuelto al abrigo de su Barça. Con el mayor sueldo de la historia del club en su sección de baloncesto. Solo espero que su rendimiento en la selección no se resienta ya que es uno de los estandartes de los últimos años. Se le ha criticado (poco) por ser un pesetero. Yo no le critico eso. A todos nos atrae la idea de ganar dinero, pero cualquiera diría que 400.000 euros es una miseria. Claro que si los comparamos con los 2 millones del Barça pues se queda lejos.

Creo de verdad que se ha equivocado y que aquí se va a aburrir por haberse vuelto. Mi veredicto es claro: Cobarde.

Rudy Fernández que estás en los cielos.

El sábado 14 de febrero se disputarán los concursos del All Star de la NBA y el último de ellos será el de mates. Cuando en 1984 Larry Nance ganó a Julius Erving en la final del primer concurso, aquí apenas se veía el baloncesto americano. El concurso de mates, tuvo un impacto enorme en España en 1988. Aquel año Michael Jordan y Dominique Wilkins disputaron una estupenda final que aún hoy hay gente que fue la mejor de la historia. No en mi opinión.

Para mi hay al menos tres concursos mejores: año 2006, Iguodala y Nate Robinson Realizan verdadera obras de arte en el aire (Para mi el mate de Iguodala pasando por debajo del tablero es el mejor de la historia), año 2000, para los que el de 1988 no es el mejor, el mejor es este en el que Vince Carter estuvo sencillamente extraordinario, el que para mi es el mejor, año 2003 Desmond Mason y Jason Richardson realizan un serie de mates en la final increíble, además el último mate decide el concurso.

Ya se no hace raro ver a un jugador blanco en este tipo de concursos, a pesar de que Brent Barry ganó en 1996, pero lo que no podíamos ni tan siquiera imaginar es ver a un español. Rudy Fernández nos ha hecho va a representar este sábado. Un españolito, blanco, mallorquín, formado en España y que ha triunfado en Europa antes de ir a Estados Unidos. Allí le adoran y le idolatran ante todo tras los JJOO de Beijing donde jugó una gran final frente a los americanos.

Rudy nos tendrá a todos pendientes esa noche delante del televisor y aunque sabemos que lo tiene realmente muy difícil, esperamos que saque su magia e imaginación y que sorprenda a los americanos en su espectáculo. Dwight Howard, Nate Robinson y Rudy Gay serán sus rivales. Todos han participado, al menos una vez en el concurso y tal vez Rudy pague la novatada, pero la esperanza la tenemos intacta. ¡Animo Rudy!

lunes, 2 de febrero de 2009

Los 7 pecados capitales de la NBA actual (II)
La Avaricia (Robert Horry)

Robert Horry es un alero alto de 2,08m. con bastante buen tiro y medianamente buen defensor. Un jugador de sus características, normalmente habría sido un buen jugador de equipo sin más. Pero Robert Horry es un pecador. Su pecado es la avaricia.

A Robert le quita el sueño ganar más y más anillos, y ha tenido la suerte de caer siempre en equipos con opciones. Robert llegó a la NBA elegido por los Houston Rockets. En aquel equipo Hakeem Olajuwon era el rey. En la temporada 93/94 Jordan había dejado vacante el puesto de mejor jugador de la liga y Olajuwon lo agarro con fiereza durante los dos años que “His Airness” estuvo retirado. Robert Horry era el alero titular en aquel equipo que contó con Clyde Drexler el segundo año y con jugadores como Kenny Smith o Sam Cassell. Si yo tuviera que decir quien fue el complemento perfecto de “The Dream” ese sin duda fue Horry. Ganaron dos títulos y Horry fue gran protagonista en ambos.

Jordan volvió, y con él el dominio de los Bulls. Horry desaparició como jugador importante, hasta el punto de ser traspasado a Phoenix donde no duró ni una temporada por desavenencias con el entrenador. Acabó en Los Angeles Lakers. En aquel momento, los Lakers eran un equipo sin aspiraciones de anillo y Horry se fue hundiendo en el banquillo angelino y muchos le dieron por acabado. Pero llegó Phil Jackson y Los Lakers volvieron a optar al anillo. Como si del ave Fenix se tratara, Horry comenzó a coger protagonismo en un equipo en el que ese espacio parecía reservado para Shaquille O´Neal y Kobe Bryant. Quien no recuerda los triples en el tercer y quinto partido de la final de 1991 frente a Philadelphia. Era el tercer vértice del triangulo ofensivo de Jackson. Pero el destino tenía guardado un papel mucho más protagonista el año siguiente. En las finales de conferencia, los Lakers se enfrentaron a los Kings. El equipo dirigido por Rick Adelman vencía en la serie por 2-1 y en el cuarto partido tras el primer cuarto el resultado era de 40-20 para los Kings. Tras un arduo trabajo defensivo y un esfuerzo por parte de todo el equipo, se llegó a los últimos minutos del encuentro igualados. Horry que ya por entonces era titular había jugado un gran partido, pero en la última jugada la primera opción fue Bryant. Kobe penetró y falló, se luchó por el rebote y O´Neal pudo despedir el balón a un Horry que estaba tras la línea de triple. En lanzamiento con la mano de Chris Webber encima fue simplemente perfecto. La bocina sonó con el balón en el aire y los tres puntos del lanzamiento pusieron por primera y definitiva vez a los Lakers por delante.

Fue entonces cuando se le llamó “Big Shot Rob”. No era un jugador especialmente brillante, pero cuando olía la posibilidad de ganar un anillo era a quien había que buscar. Horry es un avaricioso y en los Lakers ganó tres anillos.

Rob, dejó los Lakers, pero no para irse a los Clippers precisamente, si no para ir a San Antonio. Una franquicia que había ganado dos anillos en pocos años y tenía equipo para repetir. Horry tubo buen tino. Los Spurs llegaron a la final del 95 frente a los actuales campeones los Pistons. Llegábamos al quinto partido con 2-2. Horry ya era un veterano jugador de los que dan lustre a un banquillo, pero también se le fichó para ocasiones como esta. Con Detroit dominando el partido por pocos puntos, Horry salió en el último cuarto para cambiar las cosas. El avaricioso de Rob, enchufó dos triples e hizo un espectacular mate que dio la vuelta al partido. Ese año ganó su sexto anillo y dos años después ganó el séptimo y último hasta ahora, siendo el único junto con John Salley que ha ganado anillos en tres equipos distintos, pero aún puede aparecer en una sorpresa y fichar por un equipo campeón el avaricioso de Rob.

domingo, 1 de febrero de 2009

Oscar Robertson
“The big O”

En un juego tan controlado por los números, la estadística que define al jugador más completo es el triple doble. Jason Kidd y Lebron James son los jugadores que en los últimos años han dominado esta estadística consiguiendo cerca de 10 partidos con más de 10 puntos, rebotes y asistencias. Hubo un jugador que consiguió tener esos números como media en una temporada. Se trata del jugador más completo de la historia del baloncesto profesional: Oscar Robertson.

En los años 50, la segregación racial en Estados Unidos estaba en su punto álgido y las familias afroamericanas tenían grandes problemas económicos. La familia Robertson no era una excepción. El pequeño Oscar no podía permitirse ni siquiera comprarse un balón de baloncesto, pero el se fabricaba algo parecido con una pelota de tenis y tiras de goma. Al llegar al instituto pudo por fin demostrar que valía para este deporte. Lideró a su instituto para ganar dos campeonatos estatales siendo Attucks el primer instituto que ganó en Indiana teniendo todos sus jugadores de raza negra.

En la universidad Oscar siguió demostrando su gran clase, llevando a su universidad (Cincinnati) dos veces a la final four en los tres años que estuvo aunque se quedó sin el título. Fue nombrado mejor jugador en los tres años. Además jugó el oro de los Juegos Olímpicos de Roma.

En 1960 por Draft Territorial Robertson fue a parar a los Cincinnati Royals. El impacto de Oscar Rebertson fue inmediato. En su primer año fue nombrado Rookie del año participando en el All Star Game y promediando 30,5 puntos, 10,1 rebotes y 9,7 asistencias por partido. A un paso del triple doble de promedio.

Ese increíble logro lo consiguió “The big O” en su segundo año de profesional. En un hito que jamás se ha repetido y que quizá ahora se vea más lejos que nunca, Robertson consiguió unos increíbles 30,8 puntos, 11,4 asistencias y 12,5 rebotes por partido. Cobrando 33000 dólares anuales Oscar ya no tenía problemas económicos y centrándose plenamente en el baloncesto, demostraba que era uno de los mejores jugadores de su generación. A pesar de eso, su equipo no pasó de primera ronda de Play-offs.

En los siguientes años los Royals subieron de nivel, pero no consiguieron ni tan siquiera jugar una final de la NBA cayendo casi siempre ante los poderosísimos Celtics de los 60. En 1964 “The big O” fue nombrado MVP siendo el único a parte de Wilt Chamberlain y Bill Russell en la década de los 60. Ese año fueron capaces de eliminar en semifinales de conferencia a los 76ers de Chamberlain pero cayeron con Boston 4-1 en la final de conferencia. Al año siguiente se volvieron a encontrar venciendo Boston esta vez 4-3. Tan cerca, pero tan lejos. La franquicia comenzó a bajar su nivel. A finales de la década los Royals queriendo dar un impulso que les llevase al primer nivel de nuevo contrataron al legendario Bob Cousy para entrenarles. No solo no mejoraron sino que la envidia de Cousy viendo como los focos apuntaban más a Oscar, hizo que sucediese lo increíble.

Poco antes de comenzar la temporada 70-71 saltó la noticia. Oscar Robertson era traspasado a Milwaukee Bucks. Con 32 años Robertson empezaba a conformarse con rendir a buen nivel y parecía olvidarse de la posibilidad de ganar un título. En Milwaukee se encontró con un joven pívot de 2,18 m. que venía de ganar todo en la universidad de UCLA. Se llamaba Lew Alcindor y sería conocido más tarde como Kareem Abdul Jabbar. “The big O” se centró en dirigir a ese joven equipo con maestría y les llevó a un record de 66 victorias 16 derrotas. Tras eliminar por 4-1 tanto a San Francisco como a Los Angeles y barrieron a los Baltimore Bullets por 4-0 en la final.

Los Bucks mantuvieron un muy buen nivel, pero no fue hasta tres temporadas después cuando volvieron a llegar a la final de la NBA. Esta vez los rivales fueron los Boston Celtics y perdieron por 4-3. Fue la última temporada de Oscar Robertson. Su influencia fue evidente el año siguiente. Los Bucks quedaron últimos de su división a pesar de seguir contando con Kareem.

Sólo con su influencia deportiva ya merecía suficiente reconocimiento como para estar en el Hall of Fame, pero tan importante o más fue su influencia en los tribunales. Como presidente del sindicato de jugadores Robertson consiguió múltiples cambios tanto en el Draft de elección de novatos como con los agentes libres.

Demostrando que incluso en su compromiso con los jugadores y después de su retirada con el pueblo afroamericano, era el más completo. El jugador de baloncesto más completo de la historia.