miércoles, 22 de agosto de 2007

El nuevo 23

Anota 48 puntos, los últimos 25 de su equipo, hace que su equipo gane en la inexpugnable pista de los Pistons de Detroit después de dos prorrogas en un quinto partido de las series finales de la conferencia este con empate a dos... y lleva el número 23. A todos se nos viene un nombre a la cabeza, pero cuando añadimos que estamos en el año 2007 Michael Jordan ya no nos cuadra, y es que hay un nuevo 23 que aunque no nos hace olvidar al de hace 10 años, si nos hace recordarle. Su nombre es Lebron James, y el pasado jueves realizó una de esas hazañas que se recuerdan con el tiempo. James estuvo al nivel de los más grandes de la historia, sobre todo porque lo hizo en unas circunstancias de presión y de responsabilidad extremas, porque si no lo hacía él, no lo iba a hacer nadie.


Para entender un poco mejor la importancia de esta gesta, debemos estudiar en que contexto se encuentra. Lebron James juega en los Cleveland Cavaliers. Este equipo era el peor equipo de la NBA en el año 2003. La lotería del Draft les dio la oportunidad de elegir en primer lugar a que jugador querían en uno de las mejores generaciones de jugadores de los últimos 20 años. Ese año llegaron a la liga jugadores tan imprescindibles, como Carmelo Anthony, Dwyane Wade o Chris Bosh, todos ellos All Stars. El comienzo para Lebron, fue más complicado que para sus compañeros de promoción. Tanto Anthony como Wade entraron en Playoffs en su primer año mientras que James debía “conformarse” con ser el rookie del año sin regalar un solo trofeo mensual. Mucho se criticó a James cuando se les escaparon a los Cavs los playoffs en la última jornada de la liga regular, gracias a un final trepidante de los Nets que les ganaron la octava plaza por la mano. Se dijo entonces que Lebron era un producto de marketing, pero en un mundo tan influenciado por las estadísticas como la NBA, nuestro nuevo 23 respondió con un triple doble en ese último partido definitivo.


La temporada 2004-05 fue la tercera de Lebron James en la NBA. La temporada comenzó con una mala noticia. Carlos Boozer, el único apoyo de James en los Cavs, era traspasado a Utah y en su lugar no llegó nadie de su nivel. Los dirigentes de Cleveland pensaron que un sophmore de Memphis como Drew Gooden podía hacer ese papel, pero el tiempo ha demostrado que no ha sido así. Ante esta situación, Lebron multiplicó sus labores en el equipo, y demostró que prácticamente sólo era capaz de llevar a los Cavs a los Playoffs. Después de una temporada de fábula (MVP del All Stars incluido) pudo por fin cumplir con el cometido que mucha gente, pero sobre todo él mismo se había impuesto. No sólo eso, sino que además entraron en cuarto lugar por lo que tenía el factor cancha a favor. Sus rivales en esa primera ronda, los complicados Wizards de Gilbert Arenas. Llegaba la hora de ver de que pasta estaba hecho este chico y de lo que era capaz en los partidos de post temporada. Lebron dejó que sus números hablasen por él. Logró 32 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, y lo más importante para James, 1-0 para Cleveland. Parece claro que no se equivocaban en Sports Illustrated cuando estando aún en el instituto le llamaban ya el elegido. Los Cavs terminaron logrando la clasificación (4-2) y se encontraron con los que eran los campeones del Este los dos años anteriores y los campeones de la NBA en 2004, Detroit Pistons.

Los Cavs, consiguieron forzar a los Pistons hasta el séptimo partido, y aunque cayeron eliminados, la capacidad de Lebron y sus Cavs estaba ya fuera de toda duda.

Y llegamos a ésta temporada 2006-2007 donde nos encontramos. Todo el año hemos estado escuchando que el MVP de la temporada podía ir a Dirk Nowizki, Steve Nash ó a Kobe Bryant. Efectivamente, estos han sido los jugadores más destacados de la temporada regular, pero eso es algo que a Lebron ya no le importaba demasiado. Los Cavaliers despacio y sin demasiado ruido se iban colocando entre los primeros puestos de la conferencia Este. Tras un apretado final, consiguen quedar en segunda posición tras los omnipresentes Pistons, pero superando a temibles rivales como los Bulls o los actuales campeones, los Heat. Después de superar con relativa facilidad de los Wizards y los Nets, llegaron a la final de la conferencia Este frente, como no, a los Pistons.

Diecisiete años han pasado desde que Michael Jordan llevó a sus Bulls a las finales del Este ante, ¡También los Pistons!. Pero aquellos Bulls estaban llenos de grandes jugadores. Si juntamos a Jordan con Lebron, ¿quién es comparable a Pippen en los Cavs? Nadie en absoluto. ¿Y con Horace Grant? Drew Gooden no, desde luego. Carlos Boozer si lo haría hecho. Sólo salen ganando en la comparación entre los pivots con Ilgauskas y quizá Larry Hughes esté al nivel de su par John Paxon.

Y la eliminatoria llega por fin al partido que nos ocupa. Quinto partido, en Detroit y eliminatoria empatada. Curiosamente Lebron llega cuestionado. No porque no esté a buen nivel, sino porque no está al nivel de “El Elegido” como siempre se le ha pedido desde que tenía 17 años. A falta de 6 minutos James llevaba 23 puntos y el partido estaba igualado. El brasileño Varejao anotó una bandeja y a partir de entonces, todas las miradas en ataque se dirigieron siempre hacia el 23. James contestó de la manera que se esperaba de él. Anotó los últimos 25 puntos de su equipo con acciones de todo tipo: bandejas, tripes, tiros libres, etc. El partido terminó empatado, y la prorroga también finalizó empatado a 100 puntos. En la segunda prorroga, Detroit llegó a ponerse 107 a 104 a falta de poco más de un minuto. James contestó con un triple estratosférico y una bandeja mal defendida por Detroit, como Jordan ante Utah en el 98, como Magic ante Boston en el 87, en definitiva, como los más grandes.

Y así se escribe la historia, en el sexto partido en Cleveland, James se quedó en 20 puntos, pero salió un reserva novato (Gibson) que anotó 31 puntos, pero los 14 rebotes y las 8 asistencias de James no fueron superadas por nadie y sobre todo Cleveland ganó 98-82 y se proclama campeón de la conferencia Este y entra por primera vez en su historia en la final de la NBA.

No sabemos que va a pasar en las series finales, San Antonio es favorito, pero lo que si sabemos es que Lebron James estará a la altura de lo que se espera de él, a la altura de “El Elegido”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues me parece una falta de respeto comparar a James con Jordan. Antes el juego era más imaginativo, no sólo hay que mirar estadísticas. No me quiero ir al fútbol, pero por ejemplo a Zidane no se le recuerda sólo por sus números (¿quién se acuerda cuantos goles o pases de gol hizo en su carrera?) sino también por su elegancia a la hora de jugar. Jordan estuvo a otro nivel en todos los niveles.

freebird dijo...

Pistol Pete Maravich (Del que proximamente haré un post) fue un autentico artista y fue maximo anotador de la liga en alguna ocasión, pero jamas ganó un anillo. Crees que está al nivel de Jordan? Yo creo que ni de lejos, basicamente porque Jordan tiene seis títulos. Al final es lo que cuenta. Con la edad de James, Jordan no había conseguido prácticamente nada. Hay que darle tiempo.