domingo, 25 de enero de 2009

Blazermanía


Si hay una afición que tiene motivos para estar esperanzados con el futuro de su equipo, son los de los Portland Trail Blazers.

El equipo del estado de Oregón ha creado un equipo lleno de jóvenes estrellas que parecen estar bastante centradas en su trabajo. No era esa la costumbre de los Blazers en los últimos años. Damon Stoudamire, Rasheed Wallace, Darius Miles, Sebastian Telfair, Zach Randolf han sido jugadores que han ido pasando por la franquicia de Oregón sin dar lo que se esperaba de ellos. Desde el año 2000 cuando jugaron la final de conferencia perdiendo 4-3 con los Lakers que luego ganarían el anillo. En aquel equipo había gran cantidad de veteranos: Scottie Pippen, Steve Smith y Arvidas Sabonis entre otros estuvieron muy cerca de la gloria. Desde entonces nada.

Las malas campañas les han dado altas opciones en la lotería del Draft, pero además han sabido elegir. Brandon Roy, LaMarcus Aldridge, Rudy Fernández y Greg Oden son elecciones de Primera ronda. Son extremadamente jóvenes. Roy y Outlaw de 1984, Aldridge y Rudy de 1985, Sergio Rodríguez de 1986 y Greg Oden y Jarred Bayless y Nicolas Batum de 1988 forman junto con Steve Blake (1980) y Joel Przybilla (1979) la columna vertebral del equipo que este año tiene claros visos de playoffs.

De todas formas, todo apunta a que lo mejor del equipo aún está por llegar. Si se mantienen estos jugadores aprendiendo y ganando en veteranía y en constancia, en tres o cuatro años deberían ser claros aspirantes al anillo. Para una franquicia como Portland que sólo ha ganado un título en su historia (1977) es un momento muy ilusionante.

Bill Walton en 1977 les dio el título, a finales de los 80 principios de los 90, Clyde Drexler, Terry Porter, Kevin Duckworth y Jerome Kersey llevaron a los Blazers a dos finales, pero los Bad boys y Michael Jordan les dejaron con la miel en los labios el 1990 y 1992.

Como Fernando Martín en aquel equipo de los 80, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández representan al baloncesto español, por lo que en cierto modo todos somos un poco Blazermaniacos.

sábado, 24 de enero de 2009

Los 7 pecados capitales de la NBA actual (I)
La Gula (Eddy Curry)

El primer pecado representado es la gula que es representada por Eddy Curry, un muy prometedor pívot de los New York Knicks con una tremenda tendencia al sobrepeso.

Elegido por Chicago en el número 4 del mismo draft en el que Gasol fue el 3, Eddy era un joven y poderoso jugador que llegaba directamente del instituto. Eso suponía que la NBA ya suponía que necesitaría un acoplamiento algo mayor que sus compañeros de promoción que llegaban de la universidad o de Europa, pero Eddy nunca llegó a lo que se esperaba.

Sus primeros pecados venían más por la indolencia que por otra cosa. Atacaba de manera aceptable, pero en lo referente a la defensa o el rebote, era otro cantar. Durante una entrevista a su entrenador de entonces Scott Skiles le preguntaron que tenía que hacer Curry para rebotear más a lo que Skiles respondió: “Saltar”. Poco después fue traspasado a New York.

En la gran manzana ha jugado a mejor nivel, pero los resultados a nivel de equipo nunca han llegado, además Eddy empezó a tener dos problemas. Primero empezó a engordar. A engordar mucho. Además ha padecido problemas cardiacos a los que seguro que no ha ayudado el sobrepeso desmedido de Eddy. Es una verdadera pena, porque es un jugador que en determinadas ocasiones ha demostrado calidad con buenos partidos y buenos números, pero que ha visto frenada su progresión claramente por la ingesta masiva de hamburguesas.

Estados Unidos es un país donde lo de la dieta mediterránea no se lleva mucho la verdad, pero lo cierto es que mantener una línea que permita competir a buen nivel es lo mínimo que se le debe pedir a un profesional que cobra lo que cobra este hombre. Este año con Mike D’Antoni lo va a tener complicado otra vez. Por sus pecados será castigado. Amén.

martes, 20 de enero de 2009

Pete Maravich (Rara Avis)

Si cerramos los ojos, escuchamos a Iron Butterfly tocando “In a gladda la vida” e imaginamos a alguien jugando al baloncesto en una cancha multicolor, el protagonista de nuestro sueño sería sin duda “Pistol” Pete Maravich.

El creador de jugadas tan conocidas como el dribling pasándose el balón por detrás de la espalda o el “no look pass” (Pasar un balón a un lado mientras mira a otro) fue siempre un jugador diferente. Un adelantado. Una rara avis.

Para cuando iba al instituto, Maravich ya era toda una sensación. Fue allí donde se ganó su sobrenombre, “Pistol”, por su forma de lanzar el balón: como no tenía la fuerza suficiente para lanzarla frontalmente, lo hacía desde un lado, como si sostuviera una pistola, y así le bautizó un periodista local. Después se convirtió en el jugador universitario de más éxito de la historia, sobre todo a nivel individual. Aún mantiene varios de los más prestigiosos como el de mejor promedio en su carrera (44,2) o el de más partidos seguidos con más de 50 pt. (28). A pesar de eso, la universidad de Lousiana State donde el jugaba y su padre entrenaba jamás gano el título ya que se encontraba en pleno dominio de la UCLA de John Wooden y Lew Alcindor.

Pero Pete llegó a la NBA tras dudar en ir a la ABA, quizá más apropiada para su espectacular juego. Llegó a la franquicia de Atlanta donde Pete no encajó demasiado bien. Sus condiciones físicas no eran sobresalientes. Era delgado y desgarbado, además no era tan rápido de movimientos como los bases de su época. Pero había algo en lo que Pete era el más rápido. Me refiero a como veía el baloncesto. Fue demasiado rápido para su época, quizá lo sería también para la actual, pero a veces esa velocidad se confundía con un espectáculo innecesario para el equipo. Quienes los agradecían eran los espectadores, pero sus compañeros no le comprendían y Pete perdía demasiados balones por lo que fue criticado en la época.

Fue drafteado en tercer lugar por los Atlanta Hawks, por detrás de otro jugadorazo como Bob Lanier y del hoy día entrenador Rudy Tomjanovich. Firmó uno de los contratos más desorbitados de la época (1,6 millones de dólares), pero pronto demostró que valía hasta el último centavo del mismo: en su temporada de rookie, Pistol Pete promedió 23,2 puntos por partido y fue incluido en el Equipo de Rookies de la NBA (curiosamente, el Rookie del Año fue Dave Cowens, que promedió 17 puntos y 15,4 rebotes por partido, empatado con Geoff Petrie). Las cuatro temporadas que Maravich pasó en los Hawks transcurrieron por los mismos derroteros: el base blanco deslumbraba a sus rivales con su manejo de balón, sus pases imposibles y, cómo no, sus certeros tiros lejanos, llegando a jugar ya un All-Star en su tercer año. Sin embargo, también por entonces nacería su gran maldición, y es que Maravich no jugó en un equipo ganador en sus diez años como profesional. Es más, había quien le consideraba un jugador egoísta y, en cierta medida, un perdedor. Aun así, en su último año en Atlanta, la temporada 73-74, promedió 27,7 puntos (sólo superado en la liga por los 30,6 de Bob McAdoo), su última hazaña en Georgia antes de ser traspasado a los por entonces New Orleans Jazz a cambio de nada menos que 8 jugadores.

En Nueva Orleans fue donde se encontró más a gusto. En su segunda temporada consiguió una media de 31,1 puntos por partido convirtiéndose en el máximo anotador del campeonato y todo ello aderezado con su espectacular juego acusado de más efectista que efectivo. La verdad es que los resultados no le dieron la razón a Pete. Hay quien dice que nunca cayó en un equipo ganador y hay quien dice que Pete fue en parte responsable de sus equipos nunca fuesen ganadores. Algo parecido a lo que se dice en esta época con Tracy McGrady. La franquicia se trasladó a Utah. Una ciudad totalmente distinta a Nueva Orleans. Maravich tenía ya para entonces bastantes problemas con las lesiones y de hecho a mitad de la primera temporada fue traspasado a Boston. Este traspaso le llegó tarde. Con un novato rubio que llegó a convertirse en leyenda (Larry Bird), Boston cayó en la final de conferencia con la Philadelphia del doctor J. Si sus rodillas no le hubiesen lesionado, probablemente Maravich hubiese formado parte del equipo que ganó el anillo del 81 saldando la historia la deuda que tenía con él, pero eso nunca lo sabremos.

Se le retiró el número en Utah y se le incluyó en el Hall of Fame además de considerársele como uno de los 50 mejores jugadores de los 50 primeros años de la NBA por lo que le fueron reconocidos sus méritos.

Durante los dos siguientes años buscó algo con lo que llenar la enorme ausencia que había dejado el baloncesto en su vida, probando con todo tipo de doctrinas y cayendo en el alcoholismo. Fueron los peores momentos de su vida. Pero entonces, en 1982, salió de aquella espiral de autodestrucción y anunció que había encontrado a Dios. Finalmente el 5 de enero de 1988, tras disputar un partido de baloncesto en una iglesia de Pasadena, Maravich, de 40 años, sufrió un ataque al corazón que acabó con su vida.

Un final de película ya que murió haciendo lo que más le gustaba y lo que más alegrías le dio en su vida. No sabría decir si fue un ejemplo de vida, pero si se puede decir sin dudar, que marcó un precedente en la NBA.

Con este post inicio una serie dedicada a grandes glorias de la historia. Irónicamente empiezo con uno de los menos reconocidos pero pienso que era una buena manera de empezar.

domingo, 11 de enero de 2009

Pau Gasol

Pau Gasol es el mejor jugador de la historia del baloncesto español. No he visto jugar a Emiliano, ni a Brabender, ni a Buscató y no recuerdo casi el juego de Corbalán, Epi o Fernando Martín, pero si he visto a Gasol. Sé que contaré cuando sea un anciano que yo vi jugar a este hombre. Y sé que es el mejor, porque nunca en la historia del baloncesto español ha habido una generación tan buena como la que tenemos ahora. Se les llamó desde el principio la generación de oro porque ganaron el primer mundial juvenil de la historia en 1999. Además de Pau, allí estaban Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, Carlos Cabezas, Raúl López y Berni Rodríguez. De hecho, Pau no era titular en aquel equipo. Pero el progresó más. Mucho más. Hasta el punto de convertirse en el mejor jugador de su generación y en mejor jugador español de la historia.

En la temporada siguiente, Pau subió al primer equipo de su club, el F.C. Barcelona, pero no destacó demasiado. Destacó más su compañero Navarro y Raúl López del Joventud de Badalona que fueron a los Juegos Olimpicos de Sidney. Fue al año siguiente cuando aprovechó la lesión de Rony Seikaly, que a priori era el titular indiscutible para darse a conocer a nivel nacional. Tanto llamó la atención que cuando se disputó la Copa del Rey muchos ojeadores de la NBA fueron a verle a él entre otros.

El Barça ganó la copa y Pau Gasol fue nombrado mejor jugador del campeonato. La suerte estaba echada. El Barcelona terminó ganando la liga y Pau también fue el mejor jugador.

Desde que Fernando martín 15 años antes tuviese una efímera aventura americana en Portland, ningún jugador español se había atrevido a probar fortuna. Gasol fue elegido en el tercer lugar del Draft por Atlanta que en seguido lo traaspasó a una franquicia que se acababa de mudar. Los Grizzlies se fueron de Vancouver a Memphis y cogieron a Pau y le dieron la responsabilidad de ser el jugador más importante desde su primera temporada. Pau respondió siendo el rookie del año. Metiendo tres veces a Memphis en Playoffs y siendo el primer jugador español y de la franquicia de Memphis en ser elegido para un All Star.

Con la selección española también ha logrado grandes retos como la medalla de oro en el mundial de Japón siendo nombrado mejor jugador. Dos medallas de plata y una de bronce en europeos y más recientemente la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

En Febrero del año pasado Gasol fue traspasado de Memphis a Los Angeles Lakers. Los Lakers, como dije en el post anterior, es una franquicia histórica. La necesidades y las exigencias son superiores a las de Memphis, donde con entrar en la fase final ya era suficiente. El año pasado los Lakers llegaron a la final de la NBA y perdieron con los Celtics 4-2. Lo que para la mayoría de los equipos habría sido un gran resultado, para los Lakers no fue suficiente.

Gasol recibió duras críticas por parte de la prensa e incluso su entrenador Phil Jackson también hizo alguna declaración a este respecto. En mi opinión se tratan de críticas acertadas. Se que esta afirmación puede crear algún tipo de controversia, sobre todo aquí en España, pero hay que tener en cuenta de que tipo de jugador estamos hablando.

La calidad de Pau Gasol es difícilmente cuestionable. Un jugador de 2.15 m. tan bien coordinado, con tan buen tiro, y tan inteligente en la pista es difícil de encontrar. Muy difícil de encontrar.

Al principio de la temporada, Pau se quejó de las malas críticas e incluso retó a un periodista a jugar un uno contra uno frente a él. En mi opinión, ridículo e innecesario. Los periodistas están para contar lo que pasa y dar opiniones. Luego puedes estar de acuerdo o no.

Con la calidad de Gasol hay que pedirle, que exigirle, que sea intenso. En ataque, en defensa, en el rebote, en todo y además en todos los partidos, que son muchos. Es cierto es una exigencia máxima. Es egoísta por nuestra parte criticarle desde el sillón de nuestra casa, pero no se lo pediría si no pensase que es capaz de hacerlo. En el post de Pernía, Rubén explicaba que el no tenía la culpa de tener la calidad (o falta de calidad mejor dicho) que tiene, el caso de Gasol es diametralmente distinto.

Es relativamente habitual, ver como Gasol alterna partidos brillantes con otros bastante más discretos. Debería ser más regular. No es raro ver como siendo un 2.15 y jugando junto al aro, termina partidos con 5 o menos rebotes. En mi opinión eso es muy criticable en su juego. Y lo digo porque ha demostrado más que de sobra que es capaz de hacer lo que la prensa y yo le pedimos. A Gasol en las últimas finales Kevin Garnett le pasó por encima. Si claro, es Kevin Garnett, uno de los mejores jugadores del mundo. Para mi Gasol lo puede llegar a ser.

A lo largo de su carrera, a Pau Gasol se le han generado numerosos retos deportivos a los que ha respondido con su calidad y su trabajo. Lo único que se le pide es que supere estos nuevos retos, porque en mi opinión puede llegar a ser uno de los mejores jugadores de la historia.

viernes, 9 de enero de 2009

Boston Celtics – Los Angeles Lakers
(Una rivalidad histórica)












En todos los deportes de equipo, hay enfrenamientos que por una u otra razón tienen una especial relevancia. Los llaman clásicos, derbys o duelos de la máxima y o bien por rivalidad regional o bien por tratarse de los equipos punteros siempre son los partidos que todo el mundo espera.

En Baloncesto a nivel mundial y en la NBA en particular, el DUELO por antonomasia es el que enfrenta a los Boston Celtics y a Los Angeles Lakers.

En este caso no se trata de rivalidad regional. Boston se encuentra en Massachusetts, un pequeño estado del norte de la costa Este. Los Angeles está California, estado del sur de la costa Oeste. Las aficiones tampoco se parecen. La de los Celtics es mayoritariamente de origen irlandés como la población de su ciudad (No en vano el escudo de los Celtics tiene los típicos tréboles irlandeses). Los irlandeses son calientes y fervorosos y en los partidos en su cancha siempre había un gran ambiente. En Los Angeles, sin embargo, la afición es mucho más tranquila. El Star System de Hollywood se da cita en los partidos de los Lakers, muchos de ellos con más ánimo de exhibirse que de ver el espectáculo de la cancha.

Lo que une a estas dos franquicias es que históricamente siempre han tenido grandes equipos y se han enfrentado en múltiples ocasiones en las finales de la NBA. Entre ambos equipos suman 31 títulos de las 62 temporadas disputadas. 17 los Celtics y 14 los Lakers (Los 5 primeros jugando en Minneapolis) y sus 11 enfrentamientos en las finales.

La senda de los anillos llegó antes a los Lakers. Cuando aún jugaban en Minneapolis y bajo el mando de John Kundla y George Mikan los Lakers se hicieron con 5 títulos entre la temporada 48/49 y la 53/54. Mikan era un gran pívot blanco que dominaba la zona como nadie en aquella época y que obligó a cambiar algunas normas del baloncesto de la época como la de los 3 segundos en la zona.

No tardarían en Boston. Si ha habido un gran maestro en la historia de este deporte, ese ha sido Red Auerbach. Bajo su mando, primero como entrenador y luego como presidente y ejecutivo de los Celtics hasta su muerte, Red creó la mas exitosa franquicia deportiva de la historia. Junto a jugadores como Bob Cousy, Bill Russell o John Havlicek que juntaban su calidad técnica con un hambre voraz de triunfos. Sus grandes rivales a finales de los 50 principios de los 60 fueron los St. Louis Hawks de Bob Petit. Entre las temporadas 56/57 y la 60/61 se enfrentaron en 4 de las 5 finales. Solo en la temporada 58/59 la final fue el primer enfrentamiento entre las franquicias a las que me refiero. Los Lakers de un jovencísimo Elgin Baylor aún en Minneapolis cayeron 4-0 ante unos Celtics mucho mejores.

Fue en la temporada 61/62 cuando se volvieron a encontrar. Para empezar no estuvo mal. La final se decidió en el séptimo y definitivo partido y en la prorroga. Más emoción imposible. El título se fue para Boston. Seis veces se encontraron en 8 temporadas varias de ellas resueltas en el último partido pero con un factor común: Igualdad, pasión, emoción y título para Boston. Los Lakers no fueron capaces de ganar ningún anillo durante la década de los 60 con un equipo con Elgin Baylor (61 puntos en un partido de la final del 62), Jerry West (Mr. Clutch o Mr. Logo) y con Wilt Chamberlain desde el año 1968.

A los Lakers les llegaría su momento en el año 72 ya sin Baylor pero con Gail Goodrich (De vuelta, tras su paso por Phoenix), pero el rival ya no eran los Celtics sino los Knicks de New York.

Boston ganó dos títulos más en los 70, pero los Lakers no entraban ni en los Playoffs. En 1976 llegó Kareem Abdul Jabbar procedente de Milwaukee Bucks que era el mejor jugador de la época y en 1979 llegó un novato que revolucionaría el baloncesto en Los Angeles llevándolo a la categoría de espectáculo, con él llegó el Showtime. Hablo de Earvin “Magic” Johnson.

Pero en Boston se estaban preparando bien. Un alero blanco del estado de Indiana con aspecto más bien torpe y que se dedicaría a impartir lecciones de baloncesto a lo largo de su carrera. Por supuesto me refiero a Larry Bird.

Los duelos entre estos dos jugadores y entre estos dos equipos marcaron los años 80. Boston Garden y Forum de Inglewood vivieron tres finales de infarto. En esta ocasión algo cambió. En el año 84 se encontraron después de que los Lakers ganasen el anillo en los años 80 y 82 frente a los Sixers y Boston en el 81 frente a Houston y después de 15 años la historia se repetía. Victoria para Boston. Y al año siguiente se volvieron a encontrar una vez más. Primer partido, Boston Garden entero gritando “Beat L.A.” y un resultado final de 148-114 para Boston en lo que se conoció como la masacre del Memorial Day. Magic y sobre todo Jabbar dieron un paso al frente y ganaron el segundo partido en Boston levantando la eliminatoria y terminaron venciendo en el sexto partido en Boston cambiando por fin la historia. Lo que no habían conseguido en los 60 West y Baylor, lo habían logrado Johnson y Jabbar. Vencer una final a Boston Celtics. Dos años después repitieron y parece que se resarcieron por fin del estigma de Boston.

21 años habían pasado. 21 años con 4 títulos de los Lakers y ninguno de Boston. Mucho tiempo para una franquicia ganadora como la que más. Danny Ainge, escolta del equipo ganador de los años 80, da un golpe de mano y contrata el mismo año a Kevin Garnett y a Ray Allen dos súper clase de unir a Paul Pierce y formar el llamado Big Three. En Los Angeles de Kobe Bryant, parecía que entrar por los pelos en playoffs y caer en primera ronda era la única aspiración que tenían hasta que en el parón del All Star contratan a Pau Gasol y cambian las cosas. Terminan en primer lugar del oeste obligándoles a pelear por llegar a la final. Lo consiguen y allí espera Boston con su Big Three centelleante. Fue una final apasionante y dominada por Boston que ganó 4-2.

Por si alguien lo duda, este año todo apunta a que se volverán a encontrar en la final. El resultado es impredecible pero seguro que emoción no faltará como en ninguna final que hallan disputado estos dos grandes equipos.

Pernía (Visto por un abonado Grada Fondo Norte)

Seguro que en Francia, Italia, Brasil o en Argentina. Estoy convencido que seguro que en esos países debe existir un lateral izquierdo mejor que Pernía. De verdad. No me creo que no haya. Entonces, ¿por qué sigue ese tipo jugando en el Atlético de Madrid? Ojo, no solo es que este en el Atlético de Madrid, ya de por sí gravísimo, si no que además es titular, lleva dos años en el club y parece que ya todo el mundo lo asume. Esto último es lo más grave de todo, parece que como corre (porque, seamos justos, el chico ganas le pone y al menos corre) pues ya esta, se lleva aplausos de vez en cuando. La peor crítica de todas las que se le puede hacer no es que sea malo, paquete, penoso, mediocre hasta la saciedad, de calidad nula, patacoja, etc…. no, estas nos son las peores críticas que recibe. La peor de todas es que cuando juega algún partido relativamente normal (o sea cuando no hace un penalti tipo Seitaridis o su alumno aventajado Heitinga o cuando no da el balón una y otra vez al equipo contrario o al linier, cosa bastante habitual) se dice que ha jugado bien y que, fíjate, lo mismo hasta nos vale. Tócate los huevos. Es lamentable que ese señor juegue en el Atleti y punto. ¿Acaso el Atleti no ha tenido siempre laterales izquierdos mejores que ese? Toni Muñoz, ojo Serena, sí Michelle Serena, pedazo de lateral izquierdo, lo que pasa que cuando caes mal es lo que tienes, que te ponen la cruz, incluso el “rapidísimo” lateral zurdo Antonio López (este también es para echarle de comer aparte, creo sinceramente que en una carrera de 50 metros le gano yo y hasta el jefe de este bolg, pero bueno, ya habrá tiempo para dedicarle unas palabrillas).

A todo esto, la culpa no la tiene Pernía, qué va a hacer el buen hombre. La culpa la tiene el infame Pitarch. Claro, Pernía lo flipa, ya lo hemos comentado alguna vez en el Calderón, seguro que llama a su padre (creo que era tan bueno como él) y le dice: “Pues no veas Papá, aquí hay algunos que juegan de lujo, me recuerda a cuando jugaba en el recreo del cole y veía jugar a esos chicos que siempre les eligen primero en el sorteo de pares y nones, sí hombre, acuérdate, en esos partidos de barrio en donde a mi me elegían de los últimos, cuando ya solo quedaban tres o cuatro por repartir y decía el que elegía, venga vosotros cuatro con ellos”. Claro, cuando diga eso, a su padre se le caerán las lágrimas, aunque habría que preguntarle si por felicidad por su hijo o por pena por el Atlético de Madrid.

Pues nada, machete cubano para mi primera aportación, como dirían en la radio del Choque a Choque, jeje. Pero es que uno no se puede contener.

Sed buenos.

martes, 6 de enero de 2009

Reapertura del blog


La reapertura del blog es inmediata, pero con alguna variación respecto del anterior. A partir de ahora se centrará principalmente en la NBA que es lo que mas me gusta y lo que mejor conozco. También recibiré aportaciones de colaboradores que hablarán de futbol español y europeo desde el punto de vista de un aficionado del Atlético de Madrid.

En este blog no se trata de dar directrices ni de sentar cátedra, sino simplemente de dar una opinión de lo que vemos y nos gusta y por supuesto son opiniones debatibles, por lo que será bienvenida cualquier respuesta, tanto a favor como en contra de cada artículo que se vaya escribiendo.

Dejo dos de los anteriores artículos que son lo del tipo que más se parece a lo vendrá a partir de ahora. Espero que esta vez dure más y que todos disfrutemos tratando los temas que nos apasionan.