Elegido por Chicago en el número 4 del mismo draft en el que Gasol fue el 3, Eddy era un joven y poderoso jugador que llegaba directamente del instituto. Eso suponía que
Sus primeros pecados venían más por la indolencia que por otra cosa. Atacaba de manera aceptable, pero en lo referente a la defensa o el rebote, era otro cantar. Durante una entrevista a su entrenador de entonces Scott Skiles le preguntaron que tenía que hacer Curry para rebotear más a lo que Skiles respondió: “Saltar”. Poco después fue traspasado a New York.
En la gran manzana ha jugado a mejor nivel, pero los resultados a nivel de equipo nunca han llegado, además Eddy empezó a tener dos problemas. Primero empezó a engordar. A engordar mucho. Además ha padecido problemas cardiacos a los que seguro que no ha ayudado el sobrepeso desmedido de Eddy. Es una verdadera pena, porque es un jugador que en determinadas ocasiones ha demostrado calidad con buenos partidos y buenos números, pero que ha visto frenada su progresión claramente por la ingesta masiva de hamburguesas.
Estados Unidos es un país donde lo de la dieta mediterránea no se lleva mucho la verdad, pero lo cierto es que mantener una línea que permita competir a buen nivel es lo mínimo que se le debe pedir a un profesional que cobra lo que cobra este hombre. Este año con Mike D’Antoni lo va a tener complicado otra vez. Por sus pecados será castigado. Amén.
2 comentarios:
Está feo hombre, meterse con alguien con sobrepeso, qué culpa tiene el pequeño Ed de que le gusten tanto las hamburguesas?, con lo ricas que están.
A mi también me gustan pero no soy un deportista profesional, que cobra un sueldo por estar en forma.
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