La serie estaba igualada 2-2 tras cuatro partidos igualados con prorrogas en el tercer y cuarto partidos, la del tercero provocada por un tiro desde su campo de Jerry West en el último segundo que empató el partido. En el quinto partido el mejor jugador de los Knicks, Willis Reed se lesionó de cierta gravedad y parecía que se perdería el resto de la serie. Sus compañeros lograron superar ese quinto partido pero en el sexto en Los Angeles los Lakers barrieron a los Knicks.
El séptimo y definitivo partido se jugaba en New York. A última hora se rumoreó con la posibilidad de que Willis Reed jugase. Durante el calentamiento de los dos equipos, Reed salió de los vestuarios vestido para jugar. La emoción y la ilusión que creó en la grada, se contagió al equipo y más aun cuando Reed anotó los dos primeros tiros que intentó. Poco después se sentó en el banquillo cojeando claramente y no volvió a salir, pero el trabajo ya estaba hecho y los Knicks de la mano de un genial Walt Frazier vencieron 113 – 99 a los Lakers.
Este video de grandes hazañas en finales de la NBA en una de las más igualadas y emocionantes de la historia.
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