Terminó la temporada 2008-2009 y Los Angeles Lakers se han proclamado campeones de la NBA. Desde el principio, allá por noviembre, ya se decía que los Lakers optaban claramente al anillo. Se trataba además del favorito de muchos de los españoles, ya que Pau Gasol podía convertirse en el primer español en ganar un título de la mejor liga de baloncesto del mundo.
La temporada pasada fue buenísima para los Lakers. Empezaron con unas perspectivas poco halagüeñas para pasar tan siquiera de primera ronda y finalmente, tras el traspaso que llevó a Gasol a los Lakers, terminaron jugando la final que perdieron con los Celtics. Eso hizo que este año tuviesen un solo objetivo entre ceja y ceja: el anillo.
Tras tener las bajas el año pasado de Andrew Bynum y de Trevor Ariza por lesión, a Phil Jackson se le generaba un bendito problema. ¿Cuál debía ser el equipo titular? Kobe Bryant y Pau Gasol parecían los únicos que no tenían discusión, pero Jackson también quería que el banquillo, o como llaman allí, la segunda unidad, debía tener una gran importancia. Si el partido no lo rompían los titulares, deberían ser los suplentes quienes lo hiciesen. Así que tomó la decisión de dejar en el banquillo a Lamar Odom y a Trevor Ariza, siendo Radmanovic y Bynum titulares. El veterano base Derek Fisher hacía las veces de base, aunque se dedica a poco más que a subir el balón y darselo a Bryant que es quien realmente tomaba las decisiones en ataque y Fisher se dedicaba a tirar que es su verdadera especialidad.
Al principio esta decisión no le sentó nada bien a Lamar Odom, otrora titular indiscutible ahora debía acostumbrarse a ver el salto inicial del partido con el chándal puesto. Pero a Jackson se surgió un problema que no esperaba. Lejos de ser un suplente el que se quejase de sus minutos, fue Radmanovic quien quería jugar más en los finales de partido, que normalmente disputaba Odom. Jackson reaccionó rápidamente. Mandó al serbio a Charlotte a cambio de un rápido base y un alero que prometía mucho en la universidad (Número tres del draft de 2006), pero que aún no ha rendido en la NBA: Adam Morrison.
Una vez más, la mano maestra de Phil Jackson, se quita de un plumazo todos los posibles problemas que pueda tener en la plantilla y aporta toda experiencia que le da haber entrenado equipos campeones nueve años distintos. Sabiendo gestionar el malestar de Odom y de Radmanovic en función siempre de las necesidades del equipo, para Jackson fue una tranquilidad inesperada encontrarse con alguien como Gasol. Pau no se queja, no responde más que en el campo y acalla una tras otra las críticas recibidas por la prensa y en ocasiones por el propio Jackson. Un remanso de paz en un mundo donde gestionar las vanidades de unos veiteañeros millonarios es el pan de cada día.
Con un equipo, equilibrado y los roles de los jugadores bien gestionados, sólo quedaba un problema por resolver. A los Lakers se les acusó repetidamente este año de una cierta relajación en los partidos que ganaban de muchos puntos hasta el puntos de terminar perdiendo alguno de ellos. Faltaba por ver que harían en los playoffs.
En primera ronda les tocó Utah a quienes vencieron con relativa facilidad 4-1. En segunda ronda llegó el momento más complicado para los Lakers. Frente a un equipo donde faltaba su mayor estrella (Tracy McGrady) y con la lesión de su segunda estrella (Yao Ming) tras el tercer partido cuando la eliminatoria iba 2-1 para los Lakers. Sin embargo los Rockets, dirigidos por un maestro del baloncesto como es Rick Adelman, dieron muchísimos problemas a los Lakers ganando los dos partidos que jugaron en Houston aunque los Lakers decidieron en el Staples Canter y ganando los partidos con bastante facilidad.
A pesar de eso las dudas no se disipaban. Llegaban las finales de conferencia y con ellas Denver. Los Nuggets habían quedado segundos del oeste en la temporada regular y habían pasado las dos primeras rondas con solvencia. Sin embargo los Lakers sacaron lo mejor de si mismos y después del 2-2 ganaron dos partidos seguidos pasando a la final donde se encontrarían con los Magic de Orlando.
En una final más igualada de lo que muestra el resultado final (4 - 1) los Lakers demostraron que en los momentos más complicados (ganaron las dos prorrogas que hubo en la serie) sacaron la clase que se les suponía. Los Angeles Lakers campeones de la NBA 2009 y grandes favoritos para la temporada 2010 si no cambian mucho las cosas.
La temporada pasada fue buenísima para los Lakers. Empezaron con unas perspectivas poco halagüeñas para pasar tan siquiera de primera ronda y finalmente, tras el traspaso que llevó a Gasol a los Lakers, terminaron jugando la final que perdieron con los Celtics. Eso hizo que este año tuviesen un solo objetivo entre ceja y ceja: el anillo.
Tras tener las bajas el año pasado de Andrew Bynum y de Trevor Ariza por lesión, a Phil Jackson se le generaba un bendito problema. ¿Cuál debía ser el equipo titular? Kobe Bryant y Pau Gasol parecían los únicos que no tenían discusión, pero Jackson también quería que el banquillo, o como llaman allí, la segunda unidad, debía tener una gran importancia. Si el partido no lo rompían los titulares, deberían ser los suplentes quienes lo hiciesen. Así que tomó la decisión de dejar en el banquillo a Lamar Odom y a Trevor Ariza, siendo Radmanovic y Bynum titulares. El veterano base Derek Fisher hacía las veces de base, aunque se dedica a poco más que a subir el balón y darselo a Bryant que es quien realmente tomaba las decisiones en ataque y Fisher se dedicaba a tirar que es su verdadera especialidad.
Al principio esta decisión no le sentó nada bien a Lamar Odom, otrora titular indiscutible ahora debía acostumbrarse a ver el salto inicial del partido con el chándal puesto. Pero a Jackson se surgió un problema que no esperaba. Lejos de ser un suplente el que se quejase de sus minutos, fue Radmanovic quien quería jugar más en los finales de partido, que normalmente disputaba Odom. Jackson reaccionó rápidamente. Mandó al serbio a Charlotte a cambio de un rápido base y un alero que prometía mucho en la universidad (Número tres del draft de 2006), pero que aún no ha rendido en la NBA: Adam Morrison.
Una vez más, la mano maestra de Phil Jackson, se quita de un plumazo todos los posibles problemas que pueda tener en la plantilla y aporta toda experiencia que le da haber entrenado equipos campeones nueve años distintos. Sabiendo gestionar el malestar de Odom y de Radmanovic en función siempre de las necesidades del equipo, para Jackson fue una tranquilidad inesperada encontrarse con alguien como Gasol. Pau no se queja, no responde más que en el campo y acalla una tras otra las críticas recibidas por la prensa y en ocasiones por el propio Jackson. Un remanso de paz en un mundo donde gestionar las vanidades de unos veiteañeros millonarios es el pan de cada día.
Con un equipo, equilibrado y los roles de los jugadores bien gestionados, sólo quedaba un problema por resolver. A los Lakers se les acusó repetidamente este año de una cierta relajación en los partidos que ganaban de muchos puntos hasta el puntos de terminar perdiendo alguno de ellos. Faltaba por ver que harían en los playoffs.
En primera ronda les tocó Utah a quienes vencieron con relativa facilidad 4-1. En segunda ronda llegó el momento más complicado para los Lakers. Frente a un equipo donde faltaba su mayor estrella (Tracy McGrady) y con la lesión de su segunda estrella (Yao Ming) tras el tercer partido cuando la eliminatoria iba 2-1 para los Lakers. Sin embargo los Rockets, dirigidos por un maestro del baloncesto como es Rick Adelman, dieron muchísimos problemas a los Lakers ganando los dos partidos que jugaron en Houston aunque los Lakers decidieron en el Staples Canter y ganando los partidos con bastante facilidad.
A pesar de eso las dudas no se disipaban. Llegaban las finales de conferencia y con ellas Denver. Los Nuggets habían quedado segundos del oeste en la temporada regular y habían pasado las dos primeras rondas con solvencia. Sin embargo los Lakers sacaron lo mejor de si mismos y después del 2-2 ganaron dos partidos seguidos pasando a la final donde se encontrarían con los Magic de Orlando.
En una final más igualada de lo que muestra el resultado final (4 - 1) los Lakers demostraron que en los momentos más complicados (ganaron las dos prorrogas que hubo en la serie) sacaron la clase que se les suponía. Los Angeles Lakers campeones de la NBA 2009 y grandes favoritos para la temporada 2010 si no cambian mucho las cosas.
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