Seleccionado por Chicago Bulls en la 16ª posición de la 1ª ronda en el Draft de 1999 procedente de St. John’s, donde jugo hasta el 2001, cuando fue traspasado a los Indiana Pacers, y posteriormente, en el 2006, fue traspasado a los Sacramento Kings, en la actualidad juega en Houston Rockets.
2004 fue el mejor año de Artest. All-Star, tercer equipo ideal de la NBA y sobre todo elegido jugador defensivo del año. Pero se le tildaba de agresivo, de violento. Ron Artest es un pecador. Su pecado es la ira.
Corría el día 19 de noviembre de 2004 cuando la NBA vio nacer su peor día como referente deportivo mundial. Se enfrentaban dos equipos que estaban en la cima del Este, Indiana Pacers contra Detroit Pistons, en el Palace of Auburn Hills (Detroit).
Indiana dominó el partido y a falta de 45 segundos lo tenía ganado, con Ron Artest y Jermaine O´Neal como estrellas del partido. Fue entonces cuando Ben Wallace, pívot de Detroit (ahora juega en Chicago) fue a hacer un mate y Ron Artest le hizo falta. Ben Wallace le dio un empujón en reprimenda y ahí empezó todo.
Empezó un intercambio de golpes entre los jugadores de ambos equipos (también entre los del banquillo) que terminó con Ron Artest tumbado en la mesa de los colegiados, esperando que dictaminaran sentencia. Los pitos se sucedían entre los aficionados de Detroit, y uno de ellos tiró un vaso con bebida que dio a Ron Artest en el cuello. Este, sin pensárselo dos veces, corrió subiendo por encima de las butacas (saltándose una fila de cada zancada) y golpeó al aficionado que le tiró el vaso. Otros aficionados trataron de sujetarle, mientras bebida volaba por los aires. Stephen Jackson (que también tiene historias para no dormir) llegó para propinarle otro puñetazo al aficionado y pelearse con quien se pusiera por medio. Fred Jones, que subió también pero estaba tranquilo, recibió golpes de aficionados de los Pistons. Jermaine O´Neal también se apuntó a la gresca mientras, de nuevo en el parqué, Ron Artest y Stephen Jackson seguían a golpes con los aficionados.
Ron Artest fue sancionado para toda la temporada justo después de haber sido nombrado mejor jugador defensivo. Jermaine O´Neal y Stephen Jackson fueron también suspendidos con numerosos partidos.
Fue el episodio más triste y repudiable de la historia de la NBA. Una NBA que se dejó sus valores deportivos en casa aquel día.
Ahora en Houston, parece que se ha relajado un poco, aunque cuando llegó Yao Ming declaró que esperaba que "no se tire a pegar a nadie en la grada".
Ahora Houston está jugando en los playoffs. Es la parte de la temporada donde más tensión se respira. Espero que Ron no provoque ningún altercado y que no nos recuerde que sigue siendo un pecador.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario